José Luis Pablo Sánchez. Revista LAS ANGUSTIAS. Navalmoral de la Mata. Septiembre 2006
La devoción de los moralos hacia la Patrona, hará también su historia en Navalmoral.
Su nombre era Emiliano Núñez Martín, pero todo el pueblo le llamaba Don Emiliano “el cura”.
Una mañana otoñal se presentó en Barcelona, venía expresamente de Navalmoral para participar de una ordenación sacerdotal.
A los dos nos hizo mucha ilusión encontrarnos. Yo era entonces un mozalbete y no podía olvidar el trato humano que recibía de él cuando iba al pueblo de vacaciones. ¿Estás aburrido, verdad? – Me preguntaba leyendo mis pensamientos y acto seguido me invitaba generosamente a participar con los grupos de chicos que hacían convivencias en el colegio de las monjas. Así pude conocer y disfrutar de las gargantas de agua helada de una transparencia inverosímil. Hacer excursiones por los Ibores, bajo un cielo espectacularmente azul…, y otras actividades.
Aquella mañana radiante me pidió si le podía acompañar a pasear por las Ramblas de Barcelona, a lo cual accedí encantado.
Pasamos la mañana hablando de diferentes temas intrascendentes, hasta que tocó hablar de Navalmoral. A partir de aquel momento hubo una conexión total e íbamos convergiendo como dos vasos comunicantes.
El futuro de Navalmoral es incierto – me decía – puesto que es el abastecedor de toda la comarca y sus pueblos se están despoblando.
Por otro lado no acaban de llegar nuevas empresas industriales y de momento el pueblo tendrá que seguir haciendo su historia a base del centro de fermentación de tabacos.
Pero en estos momentos hay dos cosas que me ilusionan como párroco – dijo alegrando su tono de voz. Una, es que quiero situar en el nuevo complejo parroquial de las Angustias, un “Aula Cultural” para que vayan pasando muchos moralos ilustres que están diseminados por los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía y que son muy poco conocidos entre sus paisanos.
– Y la otra. ¿Cuál es? – le pregunté intrigado.
– La otra que me llena de ilusión, es el cariño y la devoción que sienten tanto los moralos de dentro, como los que están fuera de la región, por la Patrona. Porque aún los más reticentes e indiferentes por las cosas religiosas, puedo asegurarte que profesan una fe sólida por la Virgen de las Angustias. Y creo que esto me llena de esperanza, porque se que esta devoción encubierta y disimulada por unos y visiblemente proclamada por otros, hará también con el tiempo su historia en Navalmoral.
Fue por desgracia la última vez que le vi. Pero nunca olvidaré aquella conversación en la que compartimos el amor por Navalmoral y su Patrona.
José Luis Pablo Sánchez